top of page

El día que te elijas, todo cambiará.

Foto del escritor: sindy barriossindy barrios

-CarlJung.


Cuando eliges ser tú mismo: La transformación que cambia todo a tu alrededor

Llegó un momento en mi vida donde, por primera vez, entendí que debía elegirme a mí mismo. No como un acto de egoísmo, sino como una necesidad vital. El universo a mi alrededor comenzó a desmoronarse, como si todo lo que conocía estuviera en una película de ciencia ficción. Las relaciones, las expectativas ajenas, los hábitos que había cultivado durante años… todo comenzó a desvanecerse.

Fue un proceso doloroso. Al principio, no entendía lo que sucedía. Pensé que estaba perdiendo algo muy valioso, algo que me definía. Pero con el tiempo me di cuenta de que lo que realmente estaba perdiendo era el peso de lo que nunca me perteneció: las ilusiones, las ideas preconcebidas sobre lo que debía ser y sobre cómo debían ser los demás para mí. Cuando me elegí, entendí que no necesitaba esa validación externa. La paz que tanto buscaba no estaba en las circunstancias, sino dentro de mí mismo.


Encontrarte es conectarte con lo que eres en el presente.
Encontrarte es conectarte con lo que eres en el presente.

Cada decisión que tomaba, cada paso que daba hacia mi verdadero ser, me alejaba un poco más de esa vida que pensaba que debía vivir. Y, a la vez, me acercaba cada vez más a una versión de mí que no solo estaba en paz, sino que sentía un profundo amor por la vida tal como es. No era una paz forzada, ni un conformismo; era una aceptación profunda de mi ser, de mis límites, de mis deseos, de mis emociones.

Al principio, los demás no entendían este cambio. Las personas que habían formado parte de mi vida, de mis relaciones, parecían alejarse, como si nunca hubieran sido parte de mi camino. Pero, poco a poco, comprendí que no eran las personas las que se alejaban. Era yo quien ya no se reconocía en esos vínculos, en esas expectativas, en esos roles.

Todo lo que te rodea, incluso las personas, es solo un reflejo de tu momento.

Entender esto fue liberador. Dejé de aferrarme a lo que pensaba que debía ser mi vida. Al final, me di cuenta de que nada de lo que había sido parte de mi camino era mi vida misma. Mi vida comenzó el día en que me decidí a ser yo, sin filtros, sin miedo, sin vivir para los demás.

Hoy, mi paz no depende de lo que sucede a mi alrededor, sino de la serenidad que he encontrado en mi interior. Este proceso, aunque doloroso, me ha enseñado que el mayor acto de amor que puedo ofrecerme es elegirme cada día.

Redefiniendo las relaciones: La verdad detrás de la soledad

A medida que me elegía cada vez más, algo que no esperaba comenzó a suceder: me sentí solo. No en el sentido clásico de la palabra, como una ausencia de compañía o afecto. Sino en el sentido más profundo, en el que te das cuenta de que estás navegando por una vida diferente, una que ya no se ajusta a las expectativas de los demás ni a las estructuras que una vez compartiste con ellos.

Es curioso cómo la soledad se convierte en una compañera silenciosa en el proceso de cambio. Al principio, te asusta, te hace cuestionar si estás tomando el camino correcto. Pero luego, poco a poco, entiendes que la soledad no es una condena, sino un espacio para crecer, para reconectar contigo mismo, para permitir que tu corazón respire sin presiones externas. Es una soledad necesaria, una que limpia el ruido, las expectativas ajenas, y te deja ver lo que realmente importa: tu propia voz interior.

La paz interna: El equilibrio entre el alma y la mente

La paz que buscaba no era algo que podía encontrar fuera de mí, no era una meta que pudiera alcanzar en un lugar distante. La paz que realmente importaba era la que surgía cuando me permitía ser vulnerable, cuando dejaba de luchar contra lo que soy y aceptaba cada una de mis partes, incluso las más oscuras. Cuando me dejé de juzgar, el peso del miedo y la ansiedad comenzó a desvanecerse.

Al principio, todo se sentía como un caos, como si la vida misma estuviera reorganizándose, sacudiendo todo lo que pensaba que era cierto. Pero con el tiempo, entendí que esa "reorganización" era la clave de mi paz mental. Las piezas que se caían, las relaciones que se desvanecían, los hábitos que se desmoronaban, eran solo la preparación para una vida más auténtica, más alineada con mi ser interior.

La mente humana está llena de ruidos, de pensamientos constantes que nos empujan hacia el futuro o nos arrastran al pasado. Pero cuando eliges ser tú mismo, cuando te permites sentir tus emociones sin juzgarlas, cuando dejas que la calma habite tu corazón, el ruido comienza a disminuir. Y en ese silencio, surge la paz.

El poder de soltar: La belleza de lo impermanente

Lo más hermoso de este proceso ha sido entender que nada en la vida es permanente. Y esa impermanencia no es algo de lo que debamos temer, sino algo que debemos abrazar. Las personas vienen y van, las circunstancias cambian, y nuestros deseos evolucionan. No se trata de aferrarse a lo que fue, sino de fluir con lo que es y lo que vendrá.

Soltar no significa abandonar o rendirse; significa comprender que lo que es parte de tu vida en este momento no siempre será. Y está bien. Al contrario, es necesario para tu crecimiento. Porque cada vez que algo o alguien se aleja, abre espacio para algo nuevo, algo que resonará más con tu verdadero yo.

Hoy entiendo que cada persona que ha formado parte de mi vida, cada experiencia, cada relación, ha sido un reflejo de la persona que era en ese momento. Pero también sé que esos momentos ya no definen quién soy hoy. Soy el resultado de mis elecciones, de mi capacidad para soltar, para reinventarme, para elegir lo que me da paz.

La verdadera libertad: Vivir desde el corazón

La libertad que siento ahora no es la que me da la independencia de las opiniones ajenas o las expectativas externas. No, la verdadera libertad está en vivir desde mi corazón, en ser auténtico incluso cuando es incómodo, en tomar decisiones que me acerquen a lo que realmente soy. Ya no busco la validación ni el reconocimiento de los demás. Me basta con la satisfacción de saber que soy fiel a mí mismo, que mi paz interior es lo más importante.

Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de que no era el universo el que se desmoronaba. Era mi viejo yo, aquel que se definía por lo que los demás pensaban, lo que la sociedad esperaba, lo que los demás necesitaban de mí. Y lo que ha quedado es la versión más honesta de mí, la que se eligió a sí misma, la que confía en que el camino será claro porque lo camina con el corazón.

Elegirte siempre

Si algo he aprendido es que la paz no es un destino. Es un viaje continuo de autodescubrimiento y aceptación. Y cuando eliges ser tú mismo, las piezas encajan, aunque a veces tarden un poco. La vida tiene una manera misteriosa de poner todo en su lugar cuando decides dejar de luchar contra lo que eres y comienzas a abrazarlo con todo lo que tienes.

Así que, si hoy te sientes perdido, si hoy la soledad te abraza, si hoy ves que todo lo que conocías está cambiando, no tengas miedo. Es solo el comienzo de un nuevo capítulo, uno donde finalmente te eliges, y eso, más que cualquier otra cosa, es lo único que realmente importa.

Conclusión: El poder de la elección y la paz que brota de adentro

El camino hacia la paz interior no es fácil, pero es el más liberador que podemos recorrer. Elegirnos a nosotros mismos, por encima de todo, no es un acto de egoísmo, sino de amor profundo y honesto. Es un recordatorio de que, antes de poder ofrecer algo a los demás, primero debemos darnos lo mejor de nosotros: aceptación, compasión y, sobre todo, la libertad de ser quienes somos realmente.

Cada vez que tomamos una decisión basada en lo que nos da paz, aunque esa paz implique soledad temporal o cambios inesperados, estamos construyendo una vida más auténtica. La gente a nuestro alrededor puede cambiar, las situaciones pueden desmoronarse, pero lo que nunca nos abandonará es nuestra capacidad para elegir lo que nos hace sentir completos. Y esa elección es la raíz de nuestra paz mental y emocional.

Hoy, cuando miro atrás, ya no me duele lo que se ha ido. Ya no busco las respuestas en el exterior. El verdadero viaje comenzó cuando me permití ser yo, sin máscaras, sin miedo, sin tener que complacer a nadie más que a mi propio corazón.

Elegirnos siempre es, al final, la única manera de encontrar la paz que realmente importa. Porque cuando somos fieles a nosotros mismos, el universo tiene una forma única de acomodarse para ofrecernos la serenidad que tanto buscamos. Y eso, aunque a veces no lo veamos de inmediato, es un regalo que nos damos.




 
 
 

Comentarios


Autores Invitados

© 2022 Creado por Sindy Barrios con Wix.com

bottom of page